miércoles, 25 de julio de 2012

Pensadores Políticos En La Etapa De La Guerra De Independencia

Nombre: Jorge Rivera Villarreal

Materia: Historia

Grado: 2°

Grupo: “B”

Matrícula: F-3053



Universidad – Monterrey
Universidad – México
Escuelas – Monterrey
UAR





Introducción

La Guerra de Independencia de los pueblos hispanoamericanos fue cruenta, encarnizada, y puso de manifiesto las luchas internas de poder entre la élite criolla. La clase dominante se fraccionó en distintos grupos de poder: patriotas realistas, centralistas, federalistas, moderados, liberales y conservadores. Por ejemplo, en Chile, el Congreso Nacional estaba dividido en grupos: moderados e independentistas. En Venezuela, el Congreso Nacional mostró, también, diferencias entre los grupos políticos, sin embargo, los grupos a favor de la independencia dominaron. Francisco de Miranda y Simón Bolívar (ambos independentistas) organizaron, en 1810, la Sociedad Patriótica, con el fin de lograr la separación. Venezuela declaró la independencia en 1811, y redactó una constitución que adoptó la forma de gobierno republicano y federal, similar a la Constitución de Estados Unidos. Los conflictos internos y la movilización de las fuerzas españolas sofocaron y suprimieron la Primera República de Venezuela. Ante el fracaso venezolano, y las pocas posibilidades de lograr el apoyo de Nueva Granada para la recuperación de Venezuela, Bolívar decidió exilarse en Jamaica.


Desarrollo

Pensadores Políticos En La Etapa De La Guerra De Independencia 

La lucha por la independencia tuvo serias implicaciones en los recién independizados territorios: la independencia no aseguró el fin de las guerras civiles, y los conflictos regionales se agudizaron luego de la guerra. Las tensiones sociales y raciales prevalecientes durante la guerra polarizaron las sociedades de los nuevos países. El poder político de las naciones independizadas fue débil, y promovió el desarrollo del caudillismo. Aunque la guerra terminó con el monopolio español, las naciones latinoamericanas quedaron a merced de la influencia económica de Estados Unidos e Inglaterra, que dominaban el mercado atlántico. Esto representó un problema adicional, pues el fuerte desarrollo económico de los norteamericanos resultaba demasiado competitivo para los países recién independizados. Además, en ellos, prevalecía un clima de confusión, desorganización e inestabilidad. El Congreso de Panamá no contó con el apoyo de todos los países Latinoamericanos. Luego de la independencia, las naciones latinoamericanas atravesaron serias dificultades de tipo político y económico que más bien generaron la disgresión de los estados. Además, las potencias extranjeras -como Estados Unidos- veían con gran recelo la unidad latinoamericana, pues podía poner en peligro sus intereses sobre la región.
Después de la independencia, Guatemala buscó apoyo en México como aliado para poder mantener la oligarquía en el poder. Gabino Gaínza declaró su anexión a México e inmediatamente, Iturbide envió un ejército al mando del general Vicente Filísola, que fue muy bien recibido en la capital del reino. Pero se produjo una disensión: El Salvador se sublevó contra los mexicanos, y el ejército de Filísola se dirigió hacia aquella provincia, a la cual pudo someter. A la caída de Iturbide, Filísola volvió a Guatemala, donde la situación había cambiado, y se encontró muchos más partidarios de la separación de México y de una independencia total. Propuso convocar un congreso para decidir lo que había de hacerse. El congreso, reunido el 24 de junio de 1823 en Guatemala, declaró la independencia total.

Conclusión

En el momento de tomar las riendas de los nuevos estados americanos, el elemento criollo no estaba preparado para dirigir el país. Las guerras de independencia fueron encabezadas por hombres dedicados a la carrera militar, que dominaban las técnicas de mando pero que apenas poseían cualidades o principios de administración pública. Como consecuencia de sus victorias militares, controlaron las masas populares, y fueron convirtiéndose en caudillos del pueblo, como Simón Bolívar y José de San Martín. Hubo líderes buenos y malos, pertenecientes a todas las clases sociales, del pueblo o de la clase alta, pero todos con algo en común: su preocupación por la patria. La mayoría de las veces, empezaron luchando por causas nobles, aunque terminaran imponiendo su voluntad, por fuerza o por doctrina, para mantenerse en el poder.

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